CAPÍTULO I
Una puerta que nunca se volverá a cerrar
Corría el año de gracia de 1988.
Nuestro protagonista, un chaval con 14 años(Chuky) que cursaba 8 de E.G.B. había
empezado a interesarse un poco por la música escuchando cassettes que les
pasaban sus compañeros de clase de “grandes” bandas como “Hombres G”, “Los inhumanos”,
“Un pingüino en mi ascensor”, por poner un ejemplo.
Un compañero de clase “Samuel”,
más conocido como “Samu”, había empezado a pasarle cassetes de “heavy” algo que
no estaba muy bien visto por aquella época. Así había tomado contacto con grupos completamente
desconocidos para él como “Scorpions”,”Europe”,”Bon Jovi” entre otros.
Realmente Chuky no creía que el cantante de Scorpions fuese un hombre y no una
mujer, y tenía esa discusión constante con Samu, además la cassette era una
pirata con una fotocopia en b/n de muy mala calidad donde no se veía muy bien
la foto, y en la cara de Klaus había como un manchurrón y sólo se veía su
melena y la cara difuminada. El “Savage Amusment” de Scorpions fue de lo que
más le gustó de esa época.
Samu tenía algo de pelas
porque su hermano mayor trabajaba, y le daba dinerillo de vez en cuando. Además,
tenía una cadena musical bastante potente, y compraba casi mensualmente en el
Discoplay. Chuky iba a su casa a oír música “metal” bastante fuerte en sus
vinilos comprados por correspondencia. Como la vecina de arriba ponía la “Pantoja” a
toda pastilla a la hora de la siesta, su madre le daba permiso a
escuchar “metal” a todo trapo. Prácticamente, ya Chuky se había metido en la secta del "Metal", y
escuchában juntos el Runaway de Bon Jovi a toda tralla, en los primeros
golpes de guitarra después del teclado su altavoces temblaban y se tambaleaban.
Un día “Samu” fue a casa de Chuky bastante
excitado yl le trajo un vinilo (cosa muy extraña porque normalmente iba a su
casa y se grababa en un cassete TDK lo último que se había comprado). Samu dijo: "Tienes que oír esto". Chuky constetó "Toma un cassette y me lo grabas".Samu dijo;"Hayq eu escuharlo ahora". Entraron en el salón de sus padres donde no estaba muy bien visto traer visitas de menos
de 30 años, y cojieron la cadena musical del padre de Chuky(sin pedir permiso) tampoco
estaba muy bien visto, para
terminar de ambientar, bajaron las persianas y dejaron la habitación en absoluta
penumbra.
Empezó a sonar “Moonchild”, esa
guitarra acústica, esos teclados, esas guitarras eran de otro mundo, nunca
había oído nada parecido. Samu le contó que era como un disco conceptual, una
especie de tratado de satanismo, donde cada tema hablaba del diablo, de la
locura, del mal. Por si fuera poco, el vinilo por dentro tenía estupendas
ilustraciones y podía leer las letras que con nuestro inglés de 8 algo
entendían, estas letras no hablaban ni de “Venecia”, “Ni de sufre mamón”. Se había abierto
la puerta a otro mundo, una puerta que nunca se volvería a cerrar…
Chuky nunca olvidaría el comienzo de "Moonchild"... Seven deadly sins, sevens ¿Qué coño decía después? ;-)
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